WILLIAM PEÑA
Aunque desde hace bastante tiempo los brasileros y japoneses sienten un
gran descontento por los retrasos en las políticas de desarrollo y
puesta en marcha de los proyectos venezolanos en temas de tecnología,
más en los negocios en donde ellos están ligados, la decisión del
Gobierno Nacional de ceder gran parte del proyecto de desarrollo de la
Televisión Digital Terrestre a los argentinos, puso la guinda que
faltaba a la crisis que, desde hace más de un año, enfrenta el proyecto
de TDT venezolano.
Tanto brasileros como japoneses sienten que todo ha sido un engaño,
pues han pasado más de dos años desde que Venezuela tomó la decisión de
aplicar en el país el estándar híbrido Brasil-Japón ISDB-T y, a estas
alturas, por un lado, el despliegue de la TDT no ha ido más allá de las
pruebas que se hicieron hace tiempo atrás y, por el otro, la
oficialización del estándar no ha aparecido en la Gaceta Oficial de la
República, por lo que sigue siendo una promesa que, en un arranque
oficial por intereses, pudiera torcer la decisión de octubre del año
2009 y decantarse por otro estándar.
REBATIÑA DE INTERESES
Y es que mientras el resto de la región camina hacia la consolidación
del estándar escogido (la mayoría tomó la misma decisión de Venezuela
con el ISDB-T), en el país, falta mucho camino por recorrer y la
declaración reciente del Presidente de la República, Hugo Chávez, sobre
la instalación de una planta para ensamblar en el país los
decodificadores con los argentinos, no fue más que una respuesta
acelerada a un problema que viene enfrentando el país desde hace tiempo
con los brasileros, que no han podido acelerar y convertir los acuerdos
establecidos para el empuje de la TDT en realidades por diferencias en
lo que se refiere a la transferencia tecnológica y por reclamos sobre el
juego de intereses que se tejen en torno a los negocios que surgirán
con el despliegue del proyecto.
«Allí, por un lado, los actores locales (venezolanos), estaban
enfrentados como en una guerra para ver quien se convertiría en el
personaje que permitió la llegada de la TDT al país, lo que les impedía
tomar decisiones, pues cuando alguien hacia algo, venía otro y la
cambiaba. Además, los fondos entregados por los japoneses para la
transformación del canal del Estado, el primero que migraría totalmente
al concepto de Televisión
Digital, aún no han sido ejecutados ni en un 20% y se estima que ese
dinero fue a parar a otras cosas», comenta una fuente que se mantuvo
cercana durante un tiempo a las negociaciones.
Pero mientras eso ocurría, los argentinos, inteligentes en los
negocios, tejían sus redes para birlar los acuerdos que, tiempo atrás,
habían firmado los brasileros y, al parecer, lo lograron, pues según las
últimas decisiones, pronto comenzarán la instalación de unas plantas
para «producir» decodificadores, un negocio que, en principio, había
sido sellado para ser montado y ejecutado por los brasileros.
La decisión argentina de intentar quitar el negocio a los brasileros no
es para nada desacertada, pues se estima que la migración de la
Televisión Analógica a Digital de Venezuela requerirá de unas
inversiones de por los menos unos 10.000 millones de dólares en unos
diez años o más, entre la venta o ensamblaje de unos cuantos millones de
decodificadores, antenas receptoras, televisores con el dispositivo
integrado, además de todo lo que implica la transformación de los
canales estatales, privados, que no han comenzado a hacer sus
evaluaciones y, más adelante, lo que tendrán que hacer con las TV
regionales, comunitarias, entre otras, que requerirán de subsidios para
lograr avanzar hacia la proyección de una TV digital.
AVANZAR PARA QUEDAR ÚLTIMO
A pesar de que el país fue el primero que empezó a hacer estudios y
pruebas cortas en Televisión Digital Terrestre (en la Copa América de
2007, europeos y japoneses probaron sus estándares) para implementarla
en Venezuela, fue prácticamente el último en tomar la decisión (lo hizo
dos veces, primero había decidido el novísimo estándar chino y luego
cambió por el híbrido Brasil-Japón) y, lamentablemente, será el último
en implementarla, pues como van las decisiones y más ahora con la
noticia de que el presidente Hugo Chávez será sometido nuevamente a una
operación para extirpar un cáncer (se paraliza todo lo que esté en
marcha, ya pasó así el año pasado), no será sino hasta bien entrado el
año 2013 que el país comience a mostrar sus primeros canales con
Televisión Digital Terrestre que, por supuesto, serán los del Estado.
Una fuente consultada destacó que «todo está paralizado» y que las
declaraciones recientes sobre la TDT se quedaron allí, en el tintero.
«Los acuerdos firmados no han ido más allá de eso, acuerdos, cartas de
intención, sin mayor efectividad». Además, dice, ahora que el presidente
Chávez será sometido a una nueva intervención quirúrgica, lo más
probable es que todos los negocios entre Estados se queden en stand by.
«Recuerda que Chávez es quien autoriza, firma y ejecuta y si él no está,
no creo que la TDT, precisamente, vaya a tener una aceleración este
año».
Además, Venezuela, que debiera convertirse en un productor de algo para
aprovechar el avance de la TDT, por lo menos en contenidos, parece que
será, nuevamente, un receptor de todo, sin mayor innovación. Así lo
esperan muchos países, entre ellos Argentina y con menor fuerza hoy
Brasil, que intentan adueñarse de los grandes negocios que traerá la
transformación de la televisión localmente, desde la tecnología a
implementar, pasando por los decodificadores hasta los equipos de
televisión que se venderán con el estándar incluido, entre otros
centenares de contratos.
SIMPLE IMPORTADOR
Lamentablemente para el país, que ha buscado sin éxito convertirse en
un productor de tecnologías, por lo menos en ensamblaje, la mayor
oportunidad real que tiene hoy, parece que la dejará pasar. En vez de
convertirse en un jugador y competidor, más cuando quiere ser un gran
productor de tecnologías, está demostrando que también se quedará como
un simple importador.
PRIVADOS SIN OPCION
Además, los canales privados, fuerzas importantes en el proceso inicial
por toda la estructura que poseen y que debe transformarse para ofrecer
los contenidos en la nueva TV, por lo menos en sus señales matrices,
con las que deberían quedarse, ni siquiera han sido tomados en cuenta en
el proceso, aunque son fundamentales.
Por un lado, el Gobierno parece no tenerlos en agenda y, por el otro,
el temor de los dueños de los canales parece tener más fuerza que sus
intenciones de migrar a la Televisión Digital. Las concesiones renovadas
por sólo cinco años paralizan cualquier intención de invertir y,
además, el desgano que parecen tener por la propia TV que producen, los
limita más, pues no sólo tendrán que cambiar infraestructura
tecnológica, sino transformar realmente sus estudios, escenarios, entre
otros, pues el concepto de TV Digital realmente presenta una señal casi
real, aunque la perspectiva del país con su estándar es entregar cuatro
señales digitales, tres normales y una en Alta Definición, por cada
señal analógica.
Mientras, por el otro lado, el Jefe de Estado dijo recientemente que no
iba a dar más señales a los proveedores actuales de TV analógica, pues
la posibilidad de transformar la señal analógica de hoy en por lo menos
cuatro de la nueva TV Digital sería distribuida para "beneficio del
pueblo y no de la burguesía".
En síntesis, la posibilidad de que los venezolanos puedan ver una mejor
TV de señal abierta, digital, y tener más canales, variados, luce
lejana y, el gran apagón analógico, que en Europa y Estados Unidos ya
ocurrió y que en el país estaba previsto para 2017, pasará de 2020 si
acaso.
Las inversiones, cuantiosas, pues el Estado tendrá que subsidiar en
principio los decodificadores para las familias de menores recursos,
como pasó con la TV a color, no se vislumbran, es más, ni siquiera están
en los planes.
Fuente: InsideTele.com