martes, 1 de noviembre de 2011

Directrices prácticas para el acceso abierto: ¿Qué preocupa a los reguladores y a la UIT?

El creciente uso de la banda ancha, la complejidad del mercado de las tecnologías de la información y el modelo convergente, han hecho necesario replantear los diferentes grados de regulación de las telecomunicaciones y las estrategias nacionales en torno al acceso abierto a las redes y los nuevos modelos competitivos. El grupo de reguladores que convergen en la UIT, ha definido el acceso abierto como un concepto con dos perspectivas:
 
1. Desde la perspectiva de un prestador de servicios, el acceso abierto significa la posibilidad de que terceros utilicen una infraestructura de red existente. El acceso abierto puede revestir dos formas: el acceso abierto regulado (por ejemplo, la desagregación de elementos de red) o el acceso abierto comercial.
 
2) Desde la perspectiva del consumidor, tener acceso a todos los servicios y aplicaciones que se transmitan por estas redes, en la medida en que dichos servicios y aplicaciones sean públicos y legales, con independencia del tipo de red y de quien los suministre, de una manera transparente y no discriminatoria (esa es la base del concepto Neutralidad de la Red). Adicionalmente la gama de servicios que puede elegir el usuario no debe verse excesivamente limitado por el hecho de que los competidores no consigan obtener servicios de acceso, especialmente en el acceso de última milla.
 
¿Qué hace importante este concepto, tocado en el reciente foro de reguladores de la UIT realizado en Colombia? Analicemos el futuro de uno de los negocios más sujetos a regulación: la telefonía. El futuro de la telefonía es algo difícil de predecir como servicio. Por un lado, desde la óptica del usuario los servicios de telefonía están tan avanzados que los operadores tienen dificultades para vislumbrar cuáles deberían ser las aplicaciones de comunicaciones que sobre dicho servicio deberían ofrecerse. La convergencia fijo/móvil y el hecho que las empresas tiendan, cada vez más, a contratar servicios de telefonía en la web (por cierto, ajenos a toda regulación), dificultan ver ese futuro.
 
Por otro lado, la telefonía en los países en desarrollo continúa provista de un conjunto de complejidades económicas, políticas y regulatorias, que la colocan en minusvalía en cuanto al despliegue de aplicaciones y valores agregados, frente a países como EEUU. La realidad es que los consumidores, al menos del lado de las empresas, no van a esperar por los reguladores para adoptar servicios como SIP Trunking o Comunicaciones Unificadas (UC), como estándar de servicio.
 
Con seguridad, en el próximo par de años se producirán cambios significativos en la manera como la telefonía llega a los usuarios. El continuo aumento de la movilidad y las comunicaciones basadas en IP, son sobre las cuales en Venezuela tenemos un rezago, inevitablemente seguirán acentuando la borrosa línea entre las comunicaciones personales y profesionales. De ambas está naciendo el fenómeno de las UC, que poco a poco se han ido convirtiendo en un estándar IT para la mayoría de las empresas.
 
Bancos, empresas de seguros o Pdvsa ya cuentan con redes privadas convergentes, sobre las cuales corre el tráfico de voz y datos. La diferencia entre esta noción de red privada y la de la tradicional PBX-TDM, es el uso del IP y la Internet como conectividad. Dado que la telefonía ha venido evolucionando desde ser una aplicación stand alone hasta ser parte de la red datos, pueden igualmente ser ofrecida en Internet por cualquier proveedor, desde un integrador de Skype hasta un Cloud Applications Provider, como IBM. Esta es la gran diferencia con el modelo de negocio que aun hoy sustenta a la telefonía.
 
Soluciones como Avaya Aura, Cisco Unified Communications Manager, Microsoft Lync, o aplicaciones basadas en Asterik, están siendo diseñadas para realizar funciones más allá de la conexión de llamadas de teléfono. Eso le da otra perspectiva al negocio, muy distinta a la forma como actualmente lo operamos o regulamos. Smartphones y tabletas serán aceleradores de este comportamiento. Cuando se mira más allá de dos o tres años, solo en el futuro de la telefonía, luce lógico suponer que será un mercado completamente transformado, y sin la participación de la regulación tenderá a ser un mercado independiente.
 
Las redes abiertas plantean problemas en lo que respecta a la innovación, la neutralidad de la red, calidad de servicio, la continuidad de los negocios, paquetes de servicios basados en comunicaciones unificadas, la robustez del servicio, la privacidad de los datos y la prevención de la ciber-delincuencia. Dada la complejidad de estos problemas es preciso abordarlos ya. En cualquier caso, las tecnologías móviles y el acceso a la banda ancha seguirán evolucionando y será el usuario el que tenga la última palabra, y solo nosotros los responsables del desarrollo de un fuerte ecosistema de innovación.
 
Fuente: Insidetele.com