El creciente uso de la banda ancha, la complejidad del mercado de las
tecnologías de la información y el modelo convergente, han hecho
necesario replantear los diferentes grados de regulación de las
telecomunicaciones y las estrategias nacionales en torno al acceso
abierto a las redes y los nuevos modelos competitivos. El grupo de
reguladores que convergen en la UIT, ha definido el acceso abierto como
un concepto con dos perspectivas:
1. Desde la perspectiva de un prestador de servicios, el acceso abierto
significa la posibilidad de que terceros utilicen una infraestructura
de red existente. El acceso abierto puede revestir dos formas: el acceso
abierto regulado (por ejemplo, la desagregación de elementos de red) o
el acceso abierto comercial.
2) Desde la perspectiva del consumidor, tener acceso a todos los
servicios y aplicaciones que se transmitan por estas redes, en la medida
en que dichos servicios y aplicaciones sean públicos y legales, con
independencia del tipo de red y de quien los suministre, de una manera
transparente y no discriminatoria (esa es la base del concepto
Neutralidad de la Red). Adicionalmente la gama de servicios que puede
elegir el usuario no debe verse excesivamente limitado por el hecho de
que los competidores no consigan obtener servicios de acceso,
especialmente en el acceso de última milla.
¿Qué hace importante este concepto, tocado en el reciente foro de
reguladores de la UIT realizado en Colombia? Analicemos el futuro de uno
de los negocios más sujetos a regulación: la telefonía. El futuro de la
telefonía es algo difícil de predecir como servicio. Por un lado, desde
la óptica del usuario los servicios de telefonía están tan avanzados
que los operadores tienen dificultades para vislumbrar cuáles deberían
ser las aplicaciones de comunicaciones que sobre dicho servicio deberían
ofrecerse. La convergencia fijo/móvil y el hecho que las empresas
tiendan, cada vez más, a contratar servicios de telefonía en la web (por
cierto, ajenos a toda regulación), dificultan ver ese futuro.
Por otro lado, la telefonía en los países en desarrollo continúa
provista de un conjunto de complejidades económicas, políticas y
regulatorias, que la colocan en minusvalía en cuanto al despliegue de
aplicaciones y valores agregados, frente a países como EEUU. La realidad
es que los consumidores, al menos del lado de las empresas, no van a
esperar por los reguladores para adoptar servicios como SIP Trunking o
Comunicaciones Unificadas (UC), como estándar de servicio.
Con seguridad, en el próximo par de años se producirán cambios
significativos en la manera como la telefonía llega a los usuarios. El
continuo aumento de la movilidad y las comunicaciones basadas en IP, son
sobre las cuales en Venezuela tenemos un rezago, inevitablemente
seguirán acentuando la borrosa línea entre las comunicaciones personales
y profesionales. De ambas está naciendo el fenómeno de las UC, que poco
a poco se han ido convirtiendo en un estándar IT para la mayoría de las
empresas.
Bancos, empresas de seguros o Pdvsa ya cuentan con redes privadas
convergentes, sobre las cuales corre el tráfico de voz y datos. La
diferencia entre esta noción de red privada y la de la tradicional
PBX-TDM, es el uso del IP y la Internet como conectividad. Dado que la
telefonía ha venido evolucionando desde ser una aplicación stand alone
hasta ser parte de la red datos, pueden igualmente ser ofrecida en
Internet por cualquier proveedor, desde un integrador de Skype hasta un
Cloud Applications Provider, como IBM. Esta es la gran diferencia con el
modelo de negocio que aun hoy sustenta a la telefonía.
Soluciones como Avaya Aura, Cisco Unified Communications Manager,
Microsoft Lync, o aplicaciones basadas en Asterik, están siendo
diseñadas para realizar funciones más allá de la conexión de llamadas de
teléfono. Eso le da otra perspectiva al negocio, muy distinta a la
forma como actualmente lo operamos o regulamos. Smartphones y tabletas
serán aceleradores de este comportamiento. Cuando se mira más allá de
dos o tres años, solo en el futuro de la telefonía, luce lógico suponer
que será un mercado completamente transformado, y sin la participación
de la regulación tenderá a ser un mercado independiente.
Las redes abiertas plantean problemas en lo que respecta a la
innovación, la neutralidad de la red, calidad de servicio, la
continuidad de los negocios, paquetes de servicios basados en
comunicaciones unificadas, la robustez del servicio, la privacidad de
los datos y la prevención de la ciber-delincuencia. Dada la complejidad
de estos problemas es preciso abordarlos ya. En cualquier caso, las
tecnologías móviles y el acceso a la banda ancha seguirán evolucionando y
será el usuario el que tenga la última palabra, y solo nosotros los
responsables del desarrollo de un fuerte ecosistema de innovación.
Fuente: Insidetele.com