El proyecto para la implementación de un Anillo Óptico de Interconexión
Sudamericana, que lleva adelante Unasur, nivela los desacuerdos reunión
tras reunión de ministros de Comunicaciones de los países del bloque.
Los resultados de los trabajos preparatorios serán expuestos en la
reunión de cancilleres que se realizará el sábado 17 en Paraguay.
En noviembre del año pasado, en Brasilia, con alborozo fue aprobada la
idea de enlazar las redes del Sur, con el objeto de abaratar los costos
de interconexión internacional de las redes nacionales. A inicios de
febrero de 2012, en Asunción, el proyecto cogió forma, con distribución
de responsabilidades y establecimiento de un plazo de tres años para el
desarrollo del Anillo, pero también surgieron los desacuerdos.
Uruguay, que a través de la operadora estatal Antel tiene el monopolio
de los servicios fijos y el acceso a Internet, se opuso a la
participación privada en el proyecto, conseja a la que se adhirieron
Paraguay y Venezuela.
Brasil, que ha ofrecido su actual plataforma dada su posición
geográfica colindante con 9 países, abogó por la participación privada
«para que el proyecto se complete», aun admitiendo que las empresas
estatales son «parte prioritaria».
Dos grandes preguntas surgieron: ¿Quedarían fuera del Anillo países
como Chile, Perú y Colombia, que no tienen empresas estatales de
telecomunicaciones? ¿Sería una infraestructura sólo para uso de las
operadoras estatales Antel (Uruguay), Copaco (Paraguay), Entel
(Bolivia), CNT (Ecuador) y Cantv (Venezuela)?
El Banco Interamericano de Desarrollo se puso en juego (en contra de
esa tendencia aislacionista) y los países se pusieron a trabajar: Brasil
es el responsable de las redes terrestres, Argentina de las redes
submarinas, Uruguay de los servicios y Chile de la participación
privada. Venezuela preside, dicen, la Comisión de Cambios de Nombre y de
Posición Política.
El 9 de marzo, en Asunción, se volvieron a reunir los ministros de
Comunicaciones de Unasur, y allí ocurrió la voltereta venezolana. El
ministro Jorge Arreaza, según nota de prensa de Cantv, «realzó la
responsabilidad de los gobiernos en ese proyecto y aclaró que la empresa
privada puede incorporarse, pero materializando lo que las
administraciones nacionales planifiquen. La importancia que otorga el
Gobierno Bolivariano a esta propuesta no se define en la rentabilidad,
sino el valor estratégico del proyecto, y de las acciones en favor de
las mayorías y no de los mercados».
Arreaza, que poco después firmaría en Buenos Aires los acuerdos con
Argentina para la implementación de la Televisión Digital Terrestre en
Venezuela, tomó el podio para pontificar. Propuso el cambio de nombre
del proyecto, "Conectividad Sudamericana para la Integración", y sus
objetivos se ampliarían a otros tipos de enlaces y a la generación de
contenidos propios "defensores de la soberanía e independencia regional,
trascendiendo el solo hecho de la infraestructura de
telecomunicaciones".
"Es imprescindible generar y distribuir nuestros propios contenidos sin
necesidad del transporte de datos fuera del subcontinente
suramericano", dijo. «Hasta ahora todas nuestras comunicaciones pasan
por Estados Unidos y ello ocurre cada vez que un país nuestro quiere
comunicarse con otra nación hermana, lo cual representa una
vulnerabilidad muy grande», apuntó.
Destacó la importancia de los contenidos en una región culturalmente
integrada, con un sincretismo importante y la cual, en medio de la
crisis del capitalismo global, está fortaleciendo los mecanismos de
integración desde la CELAC hasta la ALBA. «Queremos que se establezca
primero la soberanía del transporte de los datos, un centro de datos
dentro de nuestro continente y la creación de un buscador
latinoamericano, para no depender de otros», añadió Arreaza.
Fuente: InsideTele.com