domingo, 2 de octubre de 2011

Banda ancha y dividendo digital

 Cada vez que se duplica la velocidad del ancho de banda en un país su PIB sube 0,3%
VÍCTOR SUÁREZ*
La banda ancha en Venezuela es una ficción. Un corralito virtual y monopólico mantiene aherrojados y sometidos a poco más de 2,5 millones de suscriptores Internet (36,6% de penetración, que es bastante) en un pozo cenagoso que no les permite salirse del yugo de los dos megabits de velocidad de navegación, en el entendido de que sería cosa de Dios si ese tope es garantizado por los prestadores de servicio. Ya decíamos que Venezuela es uno de los poquísimos países donde más de 95% de los usuarios Internet están obligados a moverse entre los 256 Kb y los 2 Mb. Asfixiados.
Se dirá que el ritmo de la incorporación a Internet de banda ancha es bastante aceptable, sostenido y loable (más de 20% de incremento anual en los dos últimos ejercicios). Según Conatel, para el segundo trimestre de este año, la facturación por consumo de servicios Internet se encuentra apenas a dos puntos porcentuales de los ingresos de la telefonía fija, incluyendo allí local, larga distancia nacional e internacional y telefonía pública. Del total de 2.176 millones de dólares de facturación del sector en ese trimestre, 8,5% fueron hacia los prestadores Internet y 10,5% a los de telefonía fija. Y seguirá creciendo el pilón, tanto en usuarios como en consumo. Pero ello es insuficiente.

Velocidad disponible
El asunto va muchísimo más allá. Disponibilidad y velocidad. En el Foro Mundial de Banda Ancha, que se realizó esta semana en París, fue presentado un estudio que demuestra que cada vez que se duplica la velocidad disponible del ancho de banda en un país, su producto interno bruto sube en 0,3%. Un 0.3% de crecimiento del PIB en los 33 países de la OECD (los más industrializados del mundo) equivale a $126 millardos, lo cual corresponde a más de un séptimo de la tasa de crecimiento anual de esos países en la última década.
No sé a cuánto equivale eso en Venezuela. Si pensamos que el PIB criollo ronda los $329 millardos (un millardito menos que la capitalización de mercado de la empresa más valiosa del mundo, Apple), el pellizquito de 0,3% estaría en los $978 millones. Es decir, caja para construir todos los años 14 cables submarinos de fibra óptica de altísimo ancho de banda (640 Gbps) como el que amarra Camurí con Siboney (Cuba). Pero en este caso no se trata de sustraer esos dólares al Estado que los administra, sino para añadírselos al país como riqueza y bienestar.
"La disponibilidad y la velocidad (de ancho de banda) son poderosos motores de la economía. Por cada décima de punto de penetración de la banda ancha, el PIB crece 1%. Los efectos positivos sobrevienen de procesos más automatizados y simplificados, alza en la productividad, así como mayor acceso a servicios básicos, como educación y salud", decían los autores del estudio (la consultora Arthur D. Little, la Universidad Tecnológica de Chalmers y la empresa Ericsson).
En la actualidad se estima que existen en el mundo mil millones de personas con acceso a banda ancha. El pronóstico para 2016 es que esa cantidad ascienda a 5 mil millones, la vasta mayoría de los cuales tendrá banda ancha móvil.

Si te vas, me lo quedo
El lustro que viene es crucial para la industria de los medios radioeléctricos en América Latina, y también para la de telecomunicaciones. Una vez que han sido seleccionados los estándares para la televisión digital terrestre (TDT) en cada país, viene la etapa de implementación y despliegue del nuevo sistema de distribución y recepción de señales. Ese fenómeno se está produciendo en todo el sub-continente. El llamado apagón analógico (tránsito de la TV tradicional a la TV digital) se cumplirá de manera desigual en el tiempo. Perú, por ejemplo, ha dicho que su apagón será tan lejos como en 2023. México sostiene que lo culminará en 2015. El país más grande y poblado, Brasil, tiene fecha 2016. Otros cuatro países se citan entre el 17 y el 18 a medianoche. Argentina y Venezuela mantendrán hasta 2019 la agonía de ese tubo de rayos catódicos uniformado.
Y una papa caliente salta del plato: ¿Qué van a hacer los gobiernos con las bandas de frecuencia que ya no utilizarán las empresas de televisión y que deberán ser devueltas al Estado?
La semana pasada se realizó en Armenia, Colombia, el XI Simposio Global para Reguladores de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Tema: Adopción de las directrices sobre prácticas idóneas destinadas a promover la implantación de la conectividad en banda ancha en todo el mundo.
En ese escenario fue presentado el trabajo denominado "Beneficios Económicos del Dividendo Digital para América Latina", el cual fue comisionado por la Asociación GSM y la Asociación Hispanoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (Ahciet) y realizado por la empresa Telecom Advisory Services (TAS). El financiamiento, por si hace falta saber, estuvo a cargo de los consorcios Telefónica, América Móvil, Telecom Italia, Intel y Qualcomm.
¿Qué es el "Dividendo Digital"? El "Dividendo Digital" se define como el segmento superior de la banda de UHF -"700 MHz" en el caso de América Latina- actualmente atribuido al servicio de TV en la mayoría de países, y que, como consecuencia de la transición de la televisión analógica a la digital, quedará liberado. En todas partes del mundo donde el tema se ha resuelto, la porción de espectro liberada ha sido atribuida a los servicios móviles. En América Latina se hace la misma propuesta.
Una conclusión prominente del estudio: Asignar el espectro de "Dividendo Digital" en la banda 700 MHz para desplegar servicios móviles podría contribuir hasta con $15 mil millones a la economía de América Latina, a la vez que permitiría ampliar la cobertura de la banda ancha móvil para abarcar a casi 93% de la población.
Esos $15 millardos representan el total del impacto económico generado por el ecosistema móvil que se originaría de la cadena de valor de licenciar el espectro del dividendo digital en América Latina, y de la adquisición de la infraestructura de red, el soporte de la misma y los servicios comerciales. Si esa banda se mantuviera para el uso de servicios de radiodifusión, tal como resulta en la actualidad, el impacto sería de unos $3,5 mil millones.
Entre otros beneficios socio-económicos se incluyen $3,1 mil millones en crecimiento de PIB, alrededor de 5.540 puestos de trabajo y $2,6 mil millones en recaudación fiscal, por encima de lo que brindaría su uso para servicios de TV. También ayudaría a generar un excedente del consumidor de $5,2 mil millones. Además, el impacto social sería muy relevante.

vvsuarez@cantv.net
@insidetelecombo
*Columna "Inside Telecom" publicada el domingo 02/10/2011 en el diario El Universal (Caracas, Venezuela)